El proyecto TromboImagen abre nuevos caminos para el tratamiento del ictus gracias al desarrollo de nuevos agentes de contraste de resonancia magnética (RM) capaces de detectar, localizar y caracterizar los trombos en segunda fase.

Cada año, unas 120.000 personas sufren un ictus en España. De ellas, casi un cuarto fallece, y más de la mitad sobrevive con secuelas que limitan su independencia y su calidad de vida. De hecho, el ictus se sitúa como la segunda causa de muerte a nivel nacional – la primera entre mujeres – y, lo que es aún más relevante desde una perspectiva sanitaria, es también la principal causa de discapacidad adquirida en adultos. Frente a esta cruda realidad, la investigación biomédica lleva años inmersa en la búsqueda de soluciones que permitan, no solo un diagnóstico más precoz, sino que también un tratamiento más eficaz y una atención personalizada que se adapte a las necesidades de cada paciente.
Concretamente, el ictus isquémico, que representa aproximadamente el 80% de todos los casos, se produce por la obstrucción de una arteria cerebral por un trombo. En la actualidad, el tratamiento más extendido es la administración de activadores del plasminógeno tisular (tPA), que disuelven el coágulo y restablecen el flujo sanguíneo.
Sin embargo, este enfoque tiene limitaciones importantes: su uso está restringido a una ventana terapéutica muy corta (alrededor de 4,5 horas desde el inicio de los síntomas), y conlleva un riesgo elevado de hemorragia cerebral si se aplica fuera de ese margen. Esto se debe, entre otras cosas, a que la eficacia y seguridad del tratamiento depende en gran medida de la naturaleza, tamaño y localización del trombo, aspectos que hoy no pueden conocerse con precisión en la fase aguda.
HACIA UNA MEDICINA PERSONALIZADA PARA EL ICTUS
Esta situación ha puesto de relieve una necesidad clínica urgente: contar con herramientas que permitan caracterizar de forma precisa el tipo de trombo y adaptar la terapia al perfil de cada paciente. Y justamente aquí es donde entra en juego el proyecto TromboImagen, una iniciativa de investigación liderada por investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), y con la colaboración de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (sescam), como parte del Plan Complementario de Biotecnología Aplicada a la Salud en Galicia.
TromboImagen representa un cambio de paradigma en el abordaje del ictus isquémico. Tiene como objetivo el desarrollo de nuevos agentes de contraste de resonancia magnética (RM) capaces de detectar, localizar y caracterizar los trombos en segunda fase. Esto no solo permite una visión más precisa del problema, sino que facilita una toma de decisiones terapéuticas más informada y adaptada al tipo de trombo, optimizando así el tratamiento y reduciendo riesgos asociados.

NANOTECNOLOGÍA AL SERVICIO DEL DIAGNÓSTICO
Así, la piedra angular del proyecto es el desarrollo de un agente de contraste dual para resonancia magnética que combina nanopartículas de óxido de hierro superparamagnéticas con péptidos dirigidos a fibrina (componente clave del trombo) y anticuerpos específicos para detectar daño endotelial. Se trata de sondas especialmente diseñadas para ofrecer señal tanto en imágenes ponderadas en T1 como en T2, proporcionando información cuantitativa y cualitativa sobre los trombos.
Pero la innovación no se limita solo al desarrollo de estas nanopartículas: TromboImagen también implica la optimización de protocolos de imagen mediante RM, utilizando modelos animales de ictus generados en el propio centro investigador. Con este enfoque, se podrán estudiar aspectos clave como la biodistribución (cómo se comportan las nanopartículas en el organismo y si llegan al tejido diana), la toxicidad (evaluando su seguridad a corto y medio plazo) y la eficacia diagnóstica (correlacionando las imágenes obtenidas por RM con la composición real del trombo)
PERSONALIZAR PARA SALVAR
En general, TromboImagen es un proyecto profundamente alineado con los principios de la medicina personalizada. Porque no todos los ictus son iguales, y por tanto, no todos deben tratarse del mismo modo. Existen trombos ricos en fibrina, otros con predominio de plaquetas o eritrocitos, con localizaciones más o menos accesibles, y con distinta estabilidad y riesgo de hemorragia. En función de esas características, el tratamiento óptimo puede variar entre una u otra técnica, o incluso requerir estrategias combinadas.
Con la información proporcionada por las nanopartículas desarrolladas, se podrían diseñar rutas terapéuticas individualizadas para cada paciente desde los primeros minutos del ictus, optimizando el uso de fármacos, reduciendo complicaciones y mejorando notablemente el pronóstico.