Entra en funcionamiento el criomicroscopio de última generación Titan Krios G4 en la plataforma BREM (Basque Resource for Electron Microscopy) en el País Vasco. Se trata de un equipamiento de última generación que permite estudiar la vida a nivel molecular.
La criomicroscopía electrónica de última generación es una tecnología puntera que tiene un gran impacto a nivel mundial en los campos de la biología estructural y biotecnología. Permite determinar la estructura de diferentes muestras biológicas, como orgánulos, células y tejidos, además de patógenos, como por ejemplo virus. La criomicroscopía va un paso más allá y abre las puertas no solo a comprender la base estructural de los procesos biológicos en el contexto de diferentes enfermedades humanas, como a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.
El nuevo criomicroscopio Titan Krios G4 se ha instalado recientemente en la plataforma BREM (Basque Resource for Electron Microscopy), en el País Vasco, y está disponible desde el 25 de febrero para toda la comunidad científica de Euskadi y de todo el Estado. La adquisición de ese microscopio ha sido posible gracias a la cofinanciación del Ministerio de Ciencia e innovación a través del Plan Complementario Biotecnología aplicada a Salud con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Titan Krios G4 supuso una inversión de 5,5 millones de euros por parte del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, y lo sitúa como una de las referencias europeas en el campo de la biología estructural.
Este potente microscopio se utilizará para descifrar las bases estructurales de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, varios tipos de cáncer y trastornos metabólicos como la colesterolemia y la diabetes. Además, se usará también para apoyar el desarrollo de nuevos fármacos y de terapias novedosas para diferentes enfermedades.